Dentro de la reserva ecológica Illinizas, parque nacional de 150,000 hectáreas que limita con tres provincias, se encuentran varios tesoros ecológicos.
En este fin de semana nos propusimos llegar hasta el bosque de Polilepis (árbol de papel)..
Este lugar muestra en un balance simbiótico a varias especies de flora y fauna por sobre los 4000 metros de altura desde el nivel de mar.
Un paraje digno de cuentos de hadas, duendes y gnomos..
Si te internas en el bosque, te sientas sobre el musgo y guardas silencio puedes sentir la energía vital del planeta que se expresa a traves de los árboles milenarios discretamente regados por una arroyuelo que baja desde la cumbre del nevado.
Esto es High Definition, mucho mejor que en la tele de la casa.... je .. je..
Aquí recopilamos toda esa energía para hacerla llegar a nuestro amigo Guillermo Semanate, quien luego de su operación del tendon supra-espinoso debió dejar la bicicleta por varias semanas hasta su total recuperación... Que tengas una pronta y feliz recuperación Ñau !!

En la hostería del pueblo "La Llovizna" en El Chaupi, dejamos los autos y encontramos a este nuevo amigo...
Cuando llegamos estaba tendido en medio del camino empedrado dejándose calentar por los primeros rayos del sol y no quizo moverse al paso de los autos... tuvimos que sortearlo para parquearnos..
Pero.. como si hubiera estado esperándonos... vió las bicicletas y de alguna forma pidió vehementemente ser parte de la aventura...
No estuvo tranquilo hasta que oyó la voz de Fausto que dijo: "Vamos lobo !!".

Desde allí hasta la cumbre y luego de regreso no nos abandonó y aprovechaba cada parada de hidratación para pedir su parte de líquido, y agradecer a su manera que lo hayamos incluido...
Ya desde los pajonales, luego de haber atravesado el bosque y la hacienda, la vista del valle de El Chaupi es encantadora..
No tuvimos suerte con los nevados que permanecieron ocultos tras las nubes pero el paisaje sigue siendo increible...
Dueño del paraje, el perro no paraba de brincar por sobre los pajonales y perderse hasta que lo unico que sobresalía de el era su frondosa cola blanca por entre los matorrales...
Luego se lo veía brincar nuevamente... juguetear con los conejos y regresar para motivarnos a seguir con la cuesta.
Cuando escuchamos sus alas cortar el aire y pasar a veinte metros de donde estabamos quedamos congelados sin atinar a sacar la camara a tiempo para capturar su imponencia..
Pero en la fotografía se lo puede ver luego de que se dejó llevar por una corriente térmica y se elebaba sin aletear con sus alas de metro y medio..
Que experiencia !!
Cada cierto tramo, cuando la ubicación lo permitía mirabamos hacia el camino abajo para tomar lista a los ciclistas que venían conquistando los kilometros en un terreno arenoso y dificil...
En la curva, Freddy Moncayo..
No es coincidencia el apego y afición que sienten los ex-alumnos del colegio Jesuita San Gabriel de Quito por las montañas..
La virgen Dolorosa, patrona del Colegio San Gabriel tiene sus altares en todas las montañas y viaja en las carteras de todos los ex-alumnos...
En la foto dos Gabrielinos de corazón.. Santiago Noriega y Fausto Mogro
Fausto decidió subir hasta al final del camino ascendiendo 100 msnm y encontró en estas flores un pretexto para detenerse y tomar aire mientras hacía un macro de este adorno de páramo.
Fausto posa para la foto y nuestro amigo Lobo hace un gesto de desprecio a la cámara... ja.. ja...
Con la camara en el piso, desde las faldas del Illiniza una vista hacia los páramos del Cotopaxi.
Entre unas cuantas rocas esculpidas por el agua, canta un arroyo que riega las raices de los Polilepis en este mágico paraje.
Pedalear a 4000 msnm no es fácil, y menos para un ñaño Guayaco...
Freddy Moncayo posa frente a un arbol centenario de Polilepis para constancia de haber llegado a esas alturas a pedales...
Hermoso ejemplar milenario.. Un tesoro de nuestro acerbo ecológico.
Al medio día en medio de este paraje, cuando el sol pega fuerte en el páramo, el viento sopla inclemente.. Aquí hay silencio y paz.
En el descenso pusimos hasta 45 km por hora en algunos trechos y nuestro amigo iba adelante... se detenía para tomar lista y luego corria nuevamente...
Al llegar al río, nosotros cuidamos de no mojar los zapatos pues el agua es helada, pero él.... refrescaba las patas y el graznate en la transparencia del arroyo que cruza el camino.
Aquí un stop para reagruparse, esperar al auto escoba y cruzar el lodazal...
Un derrumbe en el camino acumuló material que luego ademas se mojó en la noche haciendo de este sitio un lodazal intransitable...
Las bicicletas ladearon el obstáculo, pero el auto tuvo que mostrar sus dotes de 4x4.
CRUCE DE RIO
Alguien metió la pata..
El control de ingreso al parque..
Aquí los guardaparques controlan el tránsito de turistas..
Hay dos maneras de cruzar el río... Lento, con técnica y seco... y Rápido, con adrenalina y mojado (como el Pavo)..
Encontramos a unos montañistas Alemanes al final del camino y bajaron con nosotros en el auto...
El downhill tiene sus peros... No se puede ir en la bici todo el camino...
El peso de ese hermoso caballito de acero no es posible llevarlo cuesta arriba, así es que los ciclistas de downhill recorren estos trechos en el auto...
Gracias a todos por un hermoso paseo..
Faustín, gracias a todos ustedes por los buenos deseos. Espero que pronto pueda nuevamente subirme a mi bicicleta consentida y compartir con todos ustedes estos hermosos parajes. No sabes cuánto extraño los paseos semanales y espero que el médico autorice lo más pronto posible mi regreso a las rutas. Mientras tanto, sigan disfrutando de la naturaleza, pero siempre con la precaución debida.
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